Mis hijos adivinaban por el aroma el almuerzo que les había preparado su abuela, cuando volvían del colegio, antes de llegar a la mesa.
Seguramente los hijos de sus hijos también lo harán, porque existe un rito familiar, una receta usada en casa, un toque especial en cada uno que prepara un platillo para los suyos.
Y allí, en la intimidad del hogar, con mantel o sin mantel, con vasos o copas... esta el amor y la dedicación de alguien que nos preparó diariamente nuestro alimento.
Este espacio no intenta ser un libro culinario de alta gastronomía, es en cambio una descripción ordenada de aquellas comidas caseras que se fueron elaborando de generación en generación.
El nombre «receta» proviene del latín recipere que indica por igual 'dar'/'recibir', de esto se trata este espacio.